orro hacia un lugar, no me detengo
para mirar atr醩, el miedo recorre
todo mi cuerpo; huyo. Pero 縟e qu?
estoy huyendo? Supongo que del
inmundo pa韘 donde vivo. Aqu?no hay
nada, y lo que tengo, realmente, no
es m韔.
Est醤 tocando a la puerta, ya estoy
preparada, tan s髄o me falta la
coca, alimento que me ayuda a
seguir, vitamina que me lanza hacia
delante; r醦idamente la espiro hacia
mi cuerpo, pronto har?que mi
tristeza desaparezca.
Vuelven a tocar a la puerta, este
hombre est?loco, no para de gritar.
Corro hacia la puerta, voy torpe,
pero consigo llegar. Abro y no hay
un simple “hola”, tan s髄o un
“corre”. 縃abr?un momento en mi
corrompida vida donde no deba
correr?
|
|
|
 |
|
Salimos a la calle, tan
s髄o hay dos grados de
temperatura, el fr韔 me
hiela el alma, me
entristece el coraz髇,
me mata lentamente. |
|
|
El est鷓ido me dice que voy
demasiado abrigada, una falda
excesivamente cerca de las rodillas;
sin pensarlo, la raja. Por si fuera
poco, me arranca parte de los
botones de la blusa.
Salimos a la calle, tan s髄o hay dos
grados de temperatura, el fr韔 me
hiela el alma, me entristece el
coraz髇, me mata lentamente. Espero
que mi droga haga efecto pronto. Me
subo al coche y arranca con
demasiada brusquedad; con tal
velocidad, no s?si llegaremos al
lugar adonde nos dirigimos.
No es un viernes cualquiera, lo noto
en el ambiente, algo raro pasa, no
vamos en la misma direcci髇 de
siempre, 閟te no es el camino del
burdel. Quiz醩 no trabaje, quiz醩
todo cambie; las ilusiones se
esfuman de mi pensamiento como lo
hace el humo de los porros de cada
noche, veo el cartel donde hay
escrito “pol韌ono”, no me da
tiempo a leerlo cuando me obliga a
bajar del coche; mi pesadilla no ha
hecho m醩 que comenzar.
Me adentro en la oscuridad de este
sucio lugar, a un lado y a otro a鷑
puedo ver, por unos instantes, a
damas casi privadas de sus ropas.
De repente, un calor me penetra por
todo el cuerpo como si fuera una
hoguera en lo m醩 profundo de mis
entra馻s; ya estoy sola; no veo a
nadie, tan s髄o unas luces que se
aproximan a m?cada vez m醩.
Involuntariamente, mi cuerpo me
lleva, finjo desesperaci髇, quiero
lo de todos los d韆s, tengo hambre,
hambre de pasi髇, 縬u?digo? 縌ui閚
piensa por m? No lo comprendo, son
momentos de desesperaci髇. Del
interior del coche alguien me llama;
a lo lejos, escucho voces de
mujeres, me insultan,
“縬uieres?” Es lo 鷑ico que acierto
a decir, me subo al coche sin m醩.
Miro a un lado y solamente veo
oscuridad, miro al otro lado y veo a
un tipo que llenar?mi cabeza de esa
misma oscuridad. Puedo notar algo en
mi pierna, se desliza r醦idamente
como gusano por la tierra; me
inquieto, aunque sea mi trabajo, no
estoy dispuesta a perder mi vida en
una carretera. Menos mal, para en un
hostal, sucio e inmundo. Lo 鷑ico
que me dice es “vamos, puta”.
El efecto de la droga hace que me
r韆 a carcajadas y poner cara de
ni馻 mala. Me coge del brazo y me
arrastra hasta la puerta del
infierno, mi infierno habitual.
Abre la puerta de la habitaci髇,
縟髇de estoy?; justo cerrar la
puerta, empiezo a percibir el mundo
bajo mis pies. Noto algo h鷐edo por
mi cuello, desliz醤dose cada vez m醩
cerca de mis pechos, no queda m醩
que aguantar, es mi trabajo, es mi
vida. Nadie puede imaginar lo
repulsiva que me siento. Me aprieta
de forma brusca y me echa a la cama,
aldita hora en la que pregunt?
Opongo algo de resistencia, no
quiero. Mi estado era efecto de la
droga, ya he vuelto en m? Me est?
gritando y apretando mis manos
fuertemente contra la almohada.
Puedo notar, de nuevo, algo h鷐edo,
ya en el pecho; sin que me d?tiempo
a reaccionar, me arrebata la blusa,
no era algo muy dif韈il de
conseguir.
Atraviesa mi ser con toda la fuerza
del mundo, noto que el dolor de mi
coraz髇 me asfixia, me va matando.
El tipo ya est?semidormido, es mi
oportunidad para coger el dinero que
pueda e irme.
Voy por la carretera, sola y
andando, espero que alguien me
ayude. En el transcurso del tiempo
que ando, paso fr韔, necesito m醩
coca韓a, es mi motor y mi abrigo.
Lleg?de nuevo al sitio de donde
part?al infierno, vuelve la
oscuridad a m?
Se acerca alguien, son pasos
fuertes, es Adolff, mi jefe. Me pide
el dinero, se lo doy y le parece
poco, me tira de los pelos y me
advierte de que quiere m醩, si no…
no hay m醩 droga. Eso me llega al
alma. Se larga.
De nuevo, oigo pasos que se acercan,
esta vez no es 閘; sin m醩
miramiento, me veo en el suelo, miro
para arriba y veo a una desali馻da
mujer. Dice que estoy en su zona y
que le robo clientes. o que
faltaba, otro coche!
“h, t?”, es a m? la mujer me
mira, si es posible, con m醩 odio
que nunca, el miedo se aparta de mi
rostro para dar paso, de nuevo, a la
tristeza.
En el asiento trasero en el que voy
hay un chico joven, calculo unos
diecinueve a駉s, el que conduce es
mayor. Cuando veo su cara, imagino
que es su padre, por el tremendo
parecido que poseen los dos. Me
entristezco cada vez m醩, pero las
palabras de Adolff vuelven a mi
mente, si no hay dinero, no hay
droga.
|
|
 |
|
Voy al ba駉, me preparo
un ba駉 caliente,
termino y esnifo la
raya. Esta noche dormir?
tranquila. |
|
|
|
El chico parece t韒ido, no me toca,
ni siquiera me mira. De repente, el
coche para, se abre la puerta y el
padre obliga al hijo a que me toque,
que me haga lo que quiera, que para
eso estoy. Es verdad, para esto
vivo. Se esfum?del chaval aquella
timidez.
Al pagar, se muestran esquivos, me
dan unos cuantos marcos y, para mi
sorpresa, una raya.
Bajo del coche y ah? a lo lejos,
puedo ver como Adolff se acerca
hacia m? Se afana por quitarme el
dinero, la raya me la he escondido
en mi ropa interior. “Te portas mal,
vete a tu casa, sin droga, sin
dinero y sola”. Antes de que cambie
de idea, huyo.
Son las cinco de la ma馻na, entro en
mi casa. Voy al ba駉, me preparo un
ba駉 caliente, termino y esnifo la
raya. Esta noche dormir?tranquila.
Entro en el dormitorio y… “縬u?
haces aqu? Adolff?”, est?en mi
cama, desnudo. No puedo reaccionar,
me veo envuelta en sus garras como
presa atrapada por un tigre. 縋ara
esto me ha mandado a casa? No me
atrevo a preguntar.
Se sienta encima de m?y de repente
siento calor en mi mejilla, ahora no
es la coca韓a; Adolff me ha dado una
bofetada. Estoy confusa. S髄o me
dice que ya no ir?m醩 a donde he
ido esta noche, que, a partir de
ma馻na, cuando desaparezcan las
ilusiones de mi cabeza, ir?al nuevo
burdel de la ciudad. “All?estar醩
hasta que me harte de ti”. Con esto,
desapareci?de mi vista, se esfum?
Est醤 tocando a la puerta, ya estoy
preparada, hoy no me queda droga.
Salgo antes de que empiece a gritar
el loco de todos los d韆s, tal vez
por miedo a otra bofetada o a algo
m醩, no lo s?/span>.
Me subo al coche, esta vez en
direcci髇 al infierno puro.
Llegamos al lugar. Lleno de luces
parece una feria, un tiovivo tengo
en mi vida, que gira y gira y
siempre vuelve al mismo lugar.
Voy a camerinos. All? decenas de
chicas en mi situaci髇; unas r韊n,
otras lloran y otras, seres inertes
deambulando por all? ya no les
queda nada. En mi tocador encuentro
una papelina, no tardo en
introducirla en mi peque駉 cuerpo.
Me veo bailando sobre un escenario
ilumin醤dome la cara y no dejando
ver casi a mi alrededor. Mi ropa se
pega al cuerpo, casi pueden verse
mis sentimientos. Noto el efecto de
la coca韓a, ya no soy yo, gateo, me
insin鷒, me desnudo… junto a m?
otra chica en la misma situaci髇,
tonteamos.
Adolff viene en mi busca, me
felicita porque he conseguido, o,
mejor dicho, ha conseguido un
cliente para m? Me espera en la
primera planta. Voy subiendo
escaleras, quiero que se alarguen,
pero, traicioneras, se acortan a
cada paso que doy. Suspiro al llegar
a la habitaci髇 y abro la puerta.
Entro, veo a un hombre joven y
apuesto sentado en la cama. Le
sonr韔 y comienzo mi trabajo. Para
mi sorpresa me pide que pare, que no
siga, no est?aqu?para eso. Se
llama Alex y le he gustado, que le
ha pagado a Adolff 1.200 marcos
alemanes para que me trajera a este
sitio. No le creo y comienzo a
insultarle. Me abraza y consigue
calmarme con un beso dulce y c醠ido
en los labios, a駉s hace que no me
besan as? Esta vez el efecto de la
droga no me hace desvariar, es la
realidad, mi realidad. Me da una
tarjeta y se va. Anonadada me quedo
en aquella putrefacta habitaci髇
hasta que vuelvo en m?
Bajo al sal髇 y me obligan a subirme
al escenario. Mientras bailo, puedo
ver con dificultad a Alex sentado en
la barra, mir醤dome fijamente, me
sonr韊; ya no me importa nada,
empiezo a ver una peque馻 luz en mi
vida.
Me llaman de nuevo, debo subir a la
habitaci髇 otra vez. Subo
entusiasmada por volver a ver a
Alex, mi ilusi髇 se desvanece
cuando, al entrar, puedo ver en la
cama a un hombre, grasiento y
sudoroso. Sonr韊 como un cerdo
revolc醤dose en el barro. Vuelvo de
nuevo a mi vida y la droga a hacer
efecto en mi
ser.
No opongo resistencia, la coca韓a me
ayuda para imaginarme con Alex.
Acabamos y me voy corriendo. Adolff,
contento, me paga y me deja marchar
a mi casa. Me lleva 閘 en su
flamante coche nuevo.
|
|
|
 |
|
Una, dos, tres, luces,
bocinas, gritos. Tumbada
en la cuneta de la
carretera, no logro
recordar lo que ha
pasado, estoy sola e
inm髒il. |
|
|
Volviendo a recordar la situaci髇 de
hoy, me voy quedando dormida, sin
m醩.
Est醤 tocando a la puerta, ya estoy
preparada, por suerte hoy tengo mi
vitamina, mis fuerzas para seguir
adelante; no es la coca, es mi
recuerdo por aquel beso dulce que me
regalaron ayer.
Comienzo a bailar y all?est?otra
vez, es Alex. Me sonr韊 y me hace un
gesto con la cabeza. Me mira, le
miro. Me sonr韊, le sonr韔. As?pasa
la noche.
Al entrar al camerino veo un ramo de
rosas rojas, rojas como el carm韓,
rojas como mi coraz髇. Alex, me
espera en la habitaci髇.
Corro y corro como nunca lo he hecho
antes, esta vez lo hago con una
desesperaci髇 diferente. Entro en la
habitaci髇 y lo veo, tumbado en la
cama, desnudo. No me importa la
humedad recorriendo mi cuerpo,
tampoco que estallen los botones de
mi blusa, no me importa nada,
estamos solos, Alex y yo.
Llega el fin de nuestra pasi髇
cuando me pide que me vista
r醦idamente, nos vamos. “緼d髇de?”
No lo entiendo. “No hagas preguntas
y v韘tete”.
Al pasar por la barra, Adolff se
despide de m?con una gran sonrisa,
confusa no s?ad髇de voy.
Subo al coche, en la parte de atr醩
hay maletas, las reconozco, son
m韆s. Alex me dice que vamos a su
pa韘, a Espa馻, y que me ha comprado
a Adolff. “縌u?”
Me veo envuelta entre las aguas de
un mar sin fondo, me hundo, no puedo
respirar, no entiendo nada, no s?
ad髇de voy a ir a parar. Alex
r韊 sin parar “縫ensabas que me
hab韆s gustado de verdad?, 縬ue
estaba enamorado de ti? ngenua!
Soy otro m醩 del negocio”.
Quiero abrir la puerta del coche,
lanzarme sin pensarlo dos veces, no
puedo m醩, prefiero arrojarme al
asfalto que seguir viviendo as? sin
vida. Alex me impide hacerlo, ha
pagado mucho dinero como para
perderlo todo tan simplemente.
Llegamos al aeropuerto, me da mi
pasaporte, pero… no recuerdo haberle
dado el m韔, me saludan como se駉ra
Palacios, 縋alacios? Ese apellido no
se parece en nada al m韔 y no es
alem醤. Mi pasaporte es falso. Ya no
tengo identidad.
Cuatro horas de vuelo, sin hablar,
sin mirar, sin apenas respirar.
Solamente pienso en c髆o empez?todo
esto.
Me instalo en un putrefacto y sucio
burdel sin ventilaci髇 alguna.
Tomo mi raya, la ten韆 desde mi
pasada noche. Ya estoy lista para
comenzar a trabajar, para venderme
de nuevo.
Bajo a la calle, hay much韘imas
luces y chicas f韘icamente parecidas
a m? supongo que enga馻das de la
misma forma que lo hicieron conmigo.
No es justo.
Veo focos de coches y uno se para
delante de m? subo de forma
insinuadora y provocativa, espero
gustar. No soy yo la que habla, ya
soy otra persona.
Salimos de la ciudad, nos adentramos
en la carretera, noto unas manos
fr韆s acariciando mi cuerpo, grito
que me suelte, no quiero perder mi
vida en una carretera, pero 縬u?mas
da? No me hace caso, gritos, risas,
m鷖ica, al tipo le gusta el peligro.
Una, dos, tres, luces, bocinas,
gritos. Tumbada en la cuneta de la
carretera, no logro recordar lo que
ha pasado, estoy sola e inm髒il.
Nadie viene, esta vez no puedo
correr.
Miro a un lado y s髄o veo oscuridad,
miro atr醩 y hay una vida sucia y
sin nada, miro al otro lado y vuelvo
a ver oscuridad, miro para adelante
y veo una luz blanca, me decido,
corro hacia ella, me dejo llevar
para llegar a mi fin.