odo empez?cuando yo nac? Veía muchos dientes a mi alrededor. Me sentía extraño porque no conocía a nadie. Mi compañero de al lado me dijo:

—Hola, me llamo Premolar. Él es Incisivo y t?te llamas Colmillo.

—Y t? ¿cómo lo sabes?

—Lo s?por el lugar donde estás.

—A m? ese nombre no me gusta.

—¿Qu?

—Que no me gusta, que me gustaría un nombre diferente; por ejemplo, Herta, Mita, Mirta, ¡Mirta! ¡Me gusta!

—Pero si no te puedes cambiar de nombre.

—¿Cómo que no? Lo único que tenéis que hacer es llamarme as? es decir, Mirta.

—Vale, te llamaremos hummm, ¡ah!, Mirta.

Fui creciendo. Crecía por días. Todo iba bien, pero al séptimo día, entr?algo en la boca, nuestra casa. Me asust?en cuanto lo vi. Era algo como con púas y, además, tenía una cosa blanca encima que parecía crema.

—Este ser?nuestro fin — dije.

—No te preocupes, Mirta; eso es un cepillo con pasta, que nosotros necesitamos para no tener enfermedades como la caries —dijo Incisivo.

Después, al poco tiempo, estaba cubierto de algo as?como espuma, no veía nada.

A ese señor llamado Cepillo lo veía pocas veces, pero eso no me preocupaba, pues ese señor no me gustaba; en cambio, a mis amigos s? y hablaban cosas raras de que muchos tendrían enfermedades.

Pasaron cuatro años y todo, al menos para m? iba perfectamente, hasta que un día le sali?una cosa negra a mi amigo Premolar. Me extrañé porque no sabía lo que era, as?que le pregunt?

—Premolar, ¿qu?te pasa?

—Tengo la enfermedad que te dije, la picadura.

—¿Qu? te pasar?amigo mío?

—Puede que me muera o que me empasten.

—¿Qu? te empasten?

—Si, es una pasta que nos ponen encima, que sirve para que no muramos, pero me quedaría ciego –dijo muy triste.

—Y ¿porqu?te mueres si no te empastan?

—Muy sencillo, el negro que tengo por debajo, me va cubriendo entero, una vez que me cubra no puedo respirar y el dentista me sacar?de aqu?

Yo no le contest? pero disimuladamente me puse a llorar.

Los días siguientes fueron muy malos para m? porque Premolar muri?y a los pocos días Incisivo.

Yo no par?de llorar hasta que vi nacer un diente en el lugar de incisivo. Entonces entend? que Incisivo y Premolar tuvieron otro amigo hasta que nac?yo y pens?que yo les enseñaría todo lo que ellos me enseñaron a m?

Al día siguiente naci?otro en el lugar de Premolar, as?que les enseñé a los dos a la vez y yo estaba feliz por que me sentía mayor.

Cuatro o cinco años después me sali?la picadura. Yo no tuve tan mala suerte, pero tampoco la tuve buena, pues me empastaron.

—Mirta, me gustaría decirle a todos los niños que se laven los dientes, para que nosotros no perdamos nuestros amigos.