i cuerpo et閞eo se volvi?paloma y retrocedi? hacia sus vidas pasadas. Volando entre los
tiempos, pude verlas como acumuladas con los
rostros distintos en los rimeros de los siglos.
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Volando entre los
tiempos, pude verlas como acumuladas con los
rostros distintos en los rimeros de los siglos. |
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La nebulosa se adelant?a mis pasos y se convirti? en planetas. Yo tuve entonces una nueva dimensi髇
del esp韗itu, la larva que fui yo, creci? y movi?sus patitas.
Me traslad?al desierto, mis vibraciones se
intensificaron al intuir otras vibraciones y
pens?en otro ser y quise abandonarme al viento y
al vac韔 tan 醙ilmente azul. A pesar de que mis
pies ten韆n alas, rechazaba el ser 醤gel,
quer韆 ser de carne y hueso, de algo
material, pensante, tangible, y tuve que viajar
por celdas de abejas y cruzar sesenta veces los
oc閍nos. Es all?donde me encontr?con el de
cabellos de azafr醤, que estaba sentado entre los
ojos del sol.
Cautivada, petrificada, como si mi alma fuese de
plomo y me pesara, estuve mucho tiempo recostada
debajo del farol y me qued?so馻ndo empedernidos
sue駉s, pero escuch?la m鷖ica de Djibril 玡l
de los pies amarillos y alas verdes? Fue
entonces cuando no quise estancarme en el tiempo y
renegu?de tanta claridad... De tanta claridad,
me deslumbr?y ca?..
Mis c閘ulas, dormidas, se desperezaron y me lanc? a la tarea de vivir, debati閚dome en conjeturas.
Ilusion醤dome internamente en no desmenuzar el
tronco del 醨bol de la ciencia del bien y del
mal, me encontr?comiendo frutos que pari?la
tierra, olivos y legumbres, arvejillas amargas,
cazando seres vivos y matando bichejos para poder
alimentarme, sinti閚dome como fiera enjaulada
entre enjambres de avispas. Mi coraz髇 choc?con
el temor y se hizo gemido, descubri?del dolor,
del amor, de la distancia.
Para entonces intent?volar y no tuve alas. Un
anhelo sin forma y sin contornos apag?mis
susurros, ahora eran espacios inexistentes. Me
levant?y supe que pod韆 caminar. Continu? caminando, ten韆 manos, pies y pupilas, iones que
captaban los sonidos, dominando los vientos, los
espacios, las ausencias. Y ahora soy 珁o?
esa Marietta que esparzo mis silencios en
palabras.