odo
ser vivo proviene de un huevo?afirm?el m閐ico
ingl閟 del siglo XVII, Guillermo Harvey, ante el
delirio de plumas en el gallinero ubicado al fondo
del auditorium de la Universidad de Oxford,
Inglaterra. Lo dijo en lat韓, la lengua
cient韋ica de la 閜oca, y el cacareo en boga de
un buen porcentaje de los gallineros europeos: 玂mne
vivum ex ovo cocoroc??/i>
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玊odo
ser vivo proviene de un huevo?afirm?el m閐ico
ingl閟 del siglo XVII, Guillermo Harvey. |
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En
realidad, las gallinas no entendieron que el
cient韋ico se refer韆 al hecho de que el huevo
es una c閘ula, una unidad viviente. Tampoco le
dieron tiempo las aves dom閟ticas a Harvey para
que 閟te les aclarara que un huevo frito es
exquisito, pero una c閘ula frita, no tanto.
El
principio de Harvey, que equivale a decir que todo
ser vivo procede de otro ser vivo, se discuti? hasta el siglo XIX.
Para entonces, el mundo lo tiene claro: El
pollo nace del huevo. Esta popular observaci髇
sufrir? a駉s despu閟 (縟espu閟 de qu?), un
retruco a viva voz, planteado y regado por el
franc閟 Pierre Mordeaqu? quien le dice al
mundo: 玁o es el pollo el que nace del huevo.
s el pollito, gallinas y se駉res!?
Tildado
de revolucionario inmaduro, se le condena al
destierro en una isla del Mar Egeo, donde, a su
arribo, se las ingenia para establecer un pelotero
para ni駉s rubios con ojos celestes que no
midieran m醩 de un metro con treinta y cinco
cent韒etros. M醩 que un pelotero, era un
cocotero, porque a鷑 no hab韆n aparecido las
primeras palmeras de pelotas y a鷑 estamos
esperando.
Un
rato despu閟, entra a la cancha el investigador
italiano Spallanzani, quien le escribe una carta y
hasta se la env韆 al ingl閟 Harvey con la
intenci髇 de reprobar su pensamiento. Spallanzani
ha perfeccionado un experimento del siglo pasado
por el cual se cre韆 que los gusanos que se
forman en un trozo de carne descompuesta han
nacido de manera espont醤ea de las sustancias
minerales resultantes del proceso de
putrefacci髇.
Le
escribe Spallanzani en la posdata a Harvey: 玈i
usted, estimado colega, cree que todo ser vivo
proviene de un huevo, os ruego que me agarre el
origen de los seres vivos. Muchas gracias?
Al
leer la misiva, Harvey tambi閚 se descompone,
pero en su caso, de los nervios. Incluso su
reconocida y nunca bendecida caspa obliga al
cient韋ico ingl閟 a batir un r閏ord mundial:
Harvey, vali閚dose de la punta de un plumero, se
rasca la cabeza con frenes?durante dos semanas
sin pausa.
Volviendo
a Spallanzani y su generaci髇 espont醤ea, se
sabe que tom?dos trozos de carne y los dej? descomponerse. A uno de ellos, cubierto incluso
por una p髄iza de vida que inclu韆 granizos y
ventiscas; al otro lo dej?desamparado, sin
ning鷑 tipo de cobertura, a la intemperie. As?
Spallanzani observ?que el trozo cubierto estaba
realmente descompuesto, pero no criaba gusanillos.
El otro trozo, el abandonado a suerte y verdad,
s?lo hac韆 y en cantidades industriales.
Iron韆 de la vida: el trozo menos querido le ha
correspondido a Spallanzani con infinita
generosidad si consideramos que el fin no
justifica los medios.
El
otro bando aprovecha para hacer un cambio: entra
Pasteur y no sale nadie. Pasteur demuestra ante un
escribano p鷅lico que los supuestos gusanos no
son otra cosa que larvas que depositan sus huevos
en la materia corrompida. Algo as?como un
dep髎ito de vida b醩ica en una caja de ahorros
existencial al 100 % de inter閟.
A
Spallanzani se le cae la cara al suelo y su
teor韆 se entierra junto a ella. Harvey respira
hondo y siente que la vida, despu閟 de todo, no
es tan dura. La punta del plumero, s? Se ha
lastimado toda la cabeza y decide que, en el
pr髕imo ataque de caspa, usar?como herramienta
el m醩til de un barquito de papel o el canuto de
una pluma de ganso.
Ahora
son las five o抍lock en el cielo
brit醤ico, all?siempre las agujas est醤
clavadas en el cinco de la tarde. Harvey sonr韊
mientras dobla el dedo me駃que de su mano
derecha. Un 醤gel, sentado a su lado, acerca una
peque馻 azucarera de plata a su taza de t?que
adem醩 es de porcelana.
―Dos
terrones, por favor ―dice Harvey―.
縉oticias sobre la llegada del anticaspa que
solicit?
...
...
...
Lector:
Cuentan las cr髇icas antiguas que Pasteur,
habiendo demostrado a todo el mundo que
Spallanzani se tendr韆 que haber dedicado a otra
cosa, llam?al humillado Harvey y le ofreci?la
oportunidad de desquite aconsej醤dole una llamada
al cient韋ico italiano. Harvey as?lo hizo, pero
fue atendido por una criada de apellido
Molondrini, quien le comunica que el doctor
Spallanzani est?preso por la denuncia de una
molleja an髇ima. La car醫ula de dicha denuncia
es 搈alos tratos? Con Spallanzini preso,
Harvey se queda con las ganas, pero no con hambre
ya que logra ubicar el paradero de la molleja y se
la come por alcahueta a la parrilla. 獹oes out
with fries frites...? dijo Harvey mirando
hacia la mesa n鷐ero cinco de una cantina
londinense.