am醩 dudar韆 de mi decisi髇 de casarme con Vero, el
ser m醩 dulce que existe. Mi espanto proviene
por haber descubierto (y sin pretender emular a
un Rousseau) que la vida es simple, pero el ser
humano la complica.
Esta historia comienza d韆s atr醩, una tarde en un
banco de plaza, frente a los lagos de Palermo,
momento solemne en el que le pregunt?a mi
novia si quer韆 casarse conmigo. Gracias a Dios
ella me respondi?con un 摗s?? y,
mientras me besaba, yo me vi parado frente a un
juez de Paz, con mi 鷑ico saco sport
azul, recibiendo de su mano la libreta roja.
Sab韆 que el tr醡ite cuesta s髄o 20 pesos y, como
tengo el nuevo estatus argentino (el
desesperante), me dije 揕uiggi, pod閟 casarte?
Todo lo que vino despu閟 se parece a esas pel韈ulas
americanas en las que el tipo aprieta un bot髇
y desata un maremoto.
A鷑 no hab韆mos dejado ese buc髄ico paisaje cuando,
desde su colorido tel閒ono celular, le cont?a
mi futura suegra que yo acababa de declararme.
De inmediato cort?y, con una sonrisa de oreja
a oreja, exclam? 摗Mami nos regala la
fiesta!?摽La fiesta? 縌u?fiesta? 縈e
tengo que vestir de ping黫no?? grit?
Y ella, llev醤dome del brazo por el pasto a toda
velocidad, comenz?a enumerar: 揗i amor, no
entend閟 nada; hay mucho que pensar: ver qu? registro civil nos toca, elegir la iglesia,
buscar los testigos, yo tengo que hacerme el
vestido de novia, confeccionar la lista de
invitados y ambos debemos decidir d髇de
pasaremos la noche de bodas y la luna de miel!?/span>
摽Todo eso? o s髄o quer韆 casarme...!?
murmur?aterrorizado, mientras ella segu韆
habl醤dome de tarjetas, sobres, souvenires,
las flores, el catering, el disk-jockey,
el auto antiguo, la torta, el an醠isis de
sangre, el certificado de bautismo, los anillos,
el coiffeur, la maquilladora,
el fot骻rafo, y d髇de sentar a los ex
maridos y ex mujeres y la gente que sabemos que
se tiene bronca.
Pocas horas despu閟 est醔amos sentados en un aula de
parroquia, entre muchas parejas, escuchando a un
m閐ico darnos la charla obligatoria para
futuros matrimonios, donde me qued?bien claro
que, para tener relaciones sexuales sin
anticonceptivos y no llegar al embarazo, seg鷑
el m閠odo Billings, hay que esperar a que ella
est?resfriada, porque tiene que largar un
moco.
Desde entonces, cada vez que veo a mi amada recordar a
alguien que organizar un casamiento ocasiona
m醩 estr閟 que la muerte de un ser querido, no
hago m醩 que recordar el final de una pel韈ula
que un canal porte駉 emite todas navidades, en
la cual meten preso a un anciano porque afirma
ser Pap?Noel.
Casi sobre el final de ese film, una pareja se casa
delante de un sacerdote, con dos testigos
ocasionales que encuentran en la calle y a los
que les piden el favor de presenciar la
ceremonia. El p醨roco, sin demasiadas vueltas,
les da el sacramento, ellos se besan y se van.
Y por el resto de mi ingenua existencia, me seguir? preguntando: 摽Para qu?m醩??/span>
FIN