DESHABITADO
CONCLU虯
la terapia. Paciente y psiquiatra eran un cuadro
de Goya reci閚 pintado. Ella le pregunt? 摽Nos
volveremos a ver??揝i la situaci髇 lo
amerita? le respondi?el facultativo. Ella se
despidi?agradecida. 蒷 se qued?.. deshabitado
ante su ausencia. Cerr?el despacho, apag?la
luz, cogi?el cit骹ono y pidi?a la secretaria
no ser interrumpido a partir de ese momento.
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BRINDIS
AMOS,
levanta esa copa! Te miro fijamente a trav閟 del
cristal y puedo apreciar tus espl閚didos setenta
a駉s. Est醩 a punto de sonre韗 y juro que has
enloquecido, que no deber韆s estar aqu? interrumpiendo mi brindis despu閟 de haberte
enterrado hace veinte a駉s.
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AFIRMACI覰
TU
SILENCIO lo confirma. Est醩 aqu? contempl醤dome, remilgado y sudoroso, a punto de
consumirte, esbozando una sonrisa. Esta vez dir醩
que s?
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DESPECHO
ABRES
la puerta, una sonrisa c韓ica deforma tu rostro
de ni駉 viejo. No esperabas encontrarme con vida
despu閟 de someterme por a駉s a la letal toxina
del olvido. Pero estoy aqu? mi recordado amante,
bajo el umbral de tu asombro contenido, rodeada de
a駉sas enredaderas, como yo, con la lozan韆 de
la oportunidad que te invita a pasar y tomar
asiento sobre las p鷄s candentes del despecho.
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EL
DEMONIO EXISTE
EL
DEMONIO existe. Est?aqu? usufructuando de
estas l韓eas como si fueran suyas.
?/span>醨chate!
?/span>le digo, sin obtener respuesta.
Desde
la cumbre de alguna frase me sonr韊. Jura haberme
robado el final de esta historia.
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M罶
ALL?/span>
DESIERTA
la calle, desierta la tarde. La mirada se torna
ambiciosa. Se eleva hasta extraviarse en la
escarpada inmensidad. Incluso m醩 all? desde la
cima de la retina, las olas juguetonas se
zambullen en el oc閍no.
FIN