l papa Juan Pablo II, el 263 entre los sucesores de San Pedro, alz?ayer el vuelo de su centesimoquinto viaje al exterior, esta vez sin pasaje de retorno en la hoja de ruta. El Sumo Pontífice descansa ya en el seno del Padre a los 84 años de edad, después de haber conducido a la Iglesia católica desde su elección, el 16 de octubre de 1978, es decir, durante casi 27 años. «El Papa que vino del frío? como lleg?a llamársele en más de una ocasión en una época dominada por la rivalidad hegemónica entre los dos bloques político-económicos existentes, se marcha ahora dejando huérfanos a 1.100 millones de católicos y abriendo el proceso de su sucesión.

  

El Papa falleci?a la 21.37

El polaco Karol Wojtyla falleci?a las 21.37 horas del sábado, día 2 de abril del 2005, en su apartamento privado, después de que su estado de salud se agravara dramáticamente tras una infección en las vías urinarias que desencaden?la desestabilización de sus funciones orgánicas dando lugar finalmente a que la fiebre pudiera más que su agotado corazón.  A pesar que durante los últimos momentos de vida de Juan Pablo II las condiciones clínicas se agravaron, el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, precis?que el Pontífice no perdi?la conciencia hasta momentos antes de su fallecimiento. Según confirm?también ayer Navarro Valls, dos secretarios polacos que acompañaban desde hace años a Juan Pablo II y tres monjas polacas que le asistieron en sus apartamentos fueron las personas que permanecieron al lado del Sumo Pontífice en sus últimas horas.

Toque de campanas y cantos fúnebres

La campanas de la basílica de San Pedro comenzaron a sonar a las 22.38 para anunciar la muerte del Santo Padre. Y, nada más conocida la noticia, todas las iglesias del mundo tocaron sus campanas para anunciar la triste noticia. El toque fúnebre interrumpi?durante unos minutos el rosario, que se seguía leyendo en la plaza de San Pedro en el Vaticano donde estaban reunidos 70.000 personas que retomaron sus rezos poco después. El cardenal polaco Edmund Szoka, que dirigía en ese momento el rezo del rosario, fue el encargado de comunicar el fallecimiento y, seguidamente, se enton?un canto fúnebre y se recit?una plegaria. El toque de las campanas, que  se extendi?durante varios minutos, fue acogido por los fieles reunidos ante la basílica del Vaticano con un largo silencio. Los abrazos y las lágrimas transcurrían sin que se escuchase el aire. Sólo dos cosas turbaban el momento: el murmullo de las fuentes pontificas y el tránsito de todas aquellas personas que, minuto a minuto, se acercaban para despedir al Santo Padre.

   

Dolor por la pérdida del Santo Padre

Después, se continu?con las oraciones. Tras la misa, llegaron algunos momentos dramáticos:  arranques de llanto, momentos de desesperación, bajadas de tensión y alguna que otra pérdida de sentido. Los italianos utilizaron el teléfono para invitar a sus amigos y conocidos a acudir  ayer a la plaza de San Pedro para orar  por el Papa. Otros escribían mensajes como «Pon una vela en tu ventana para as? iluminar al Santo Padre el camino hacia a Dios, al igual que él ha iluminado al mundo durante 27 años?

Misa por el Papa muerto

Hoy tendr?lugar una misa a las 12.00 en la plaza de San Pedro, el domingo de la Divina Misericordia, con la recitación de la Regina Coeli, una fecha instituida por el mismo Juan Pablo II y muy querida al estar ligada a la intuición de la hermana polaca Faustina Kowalska, comunic? ayer el Vaticano.

Hoy, personalidades de todo el mundo mostraban su pesar por la muerte de Juan Pablo, el cual protagoniz?el papado más largo de toda la historia.

  

Funerales

Los funerales de la muerte de Juan Pablo II comenzarán en Roma el próximo miércoles 6 de abril ?/span>tres días después de su fallecimiento?/span>  y se prolongarán durante tres días, como prev?la Constitución Apostólica. El cuerpo de Juan Pablo II ser? expuesto vestido con los hábitos pontificales en la basílica de San Pedro no antes de la tarde del lunes, según confirm?anoche el portavoz vaticano Navarro Valls, donde podr?ser visitado por los fieles durante tres días, durante este tiempo no se podr? fotografiar al difunto si no es bajo la autorización del camarlengo y sólo por motivos de documentación. El próximo viernes tendr?lugar otros tres días de reflexión.

  

Luto oficial y exequias

Tras finalizar la missa poenitentialis, como se llama al funeral que se celebra en la basílica de San Pedro con delegaciones de Estado de todo el mundo, los médicos del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Roma serán los encargados de verificar el estado de los restos mortales del Papa. Las ceremonias previstas a la muerte de un Papa siguen siendo un reglamento incluido en las normas vaticanas, con algunos aspectos que tienen siglos de historia y otros más recientes, y prescriben un luto oficial que durar?nueve días.

El Papa debe ser enterrado en la cripta de al basílica de San Pedro no antes de cuatro días ni más all?de seis y, a no ser que el Pontífice haya dispuesto otra cosa en su testamento, el Colegio Cardenalicio se encarga de cumplir con las exequias. El Penitenciario Mayor ser?en encargado de vestir a Juan Pablo II con los hábitos pontificales para la celebración del entierro. A continuación, se instalarán los restos mortales en una de las salas del Palacio Vaticano, y de all?se trasladarán a la Basílica de San Pedro, donde son expuestos para recibir el homenaje de los creyentes, antes de la celebración del solemne funeral.

Tres ataúdes

Antes de dar comienzo el funeral, el cadáver se depositar?en tres ataúdes, metidos uno dentro de otro: el exterior es de madera de olmo pulimentada, el de en medio es de plomo y el interior es de madera de ciprés, considerada incorruptible y forrado en terciopelo carmes? Antes de ser cerrado el ataúd, se introducen este un pergamino en el que se citan los hechos más destacados del Pontificado y se depositan junto al cadáver tres bolsitas de piel curtidas de color rojo con las monedas de oro, plata y cobre acuñadas durante su Pontificado.

  

Cónclave y elección del nuevo Papa

La elección del nuevo Pontífice de Roma se hace en el cónclave, en una ceremonia secreta y a puerta cerrada. Esa puede comenzar entre los 15 y 20 días después del óbito, aunque lo tradicional es que sea al noveno. La primera tarde del cónclave se hace una votación de tanteo y el resto de los días hay una votación por la mañana y otra por la tarde. El nuevo Papa necesitar?dos tercios de los voto para resultar elegido. Las papeletas se queman con paja en la chimenea de la capilla, si el resultado no ha sido la elección del un nuevo Papa, los cardenales provocan con un producto químico que el humo salga negro (fumata negra) y este ser?en encargado de avisar al mundo que la Iglesia católica no tiene aún líder, y si hay un elegido, se provoca humo blanco (fumata blanca).

  

oco antes de las 16.00 hora local (14.00 GMT) de la tarde del 19 de abril, la fumata blanca anunciaba que los 115 cardenales reunidos en el cónclave habían llegado a un acuerdo para elegir el sucesor de Juan Pablo II. Minutos más tarde, a las 16.04 horas, las campanas de El Vaticano confirmaban la elección del nuevo Papa, aunque el suspense acerca de su nombre se mantuvo aún hasta que apareci?en el balcón de la plaza de San Pedro el primer cardenal de los diáconos (el Protodiácono), el chileno Jorge Arturo Medina Estévez, y declar?el consabido: «Habemus Papam. Cardenal Joseph Ratzinger. El nombre escogido para suceder a Juan Pablo II: Benedicto XVI? De esta manera, el cardenal alemán Ratzinger se había convertido en Benedicto XVI, el Papa número 265 de la historia de la Iglesia.

Inmediatamente después de conocerse la elección de Ratzinger, el mundo católico comenz?a celebrarlo y las campanas de las iglesias de muchas ciudades y países, como Jerusalén y Cuba, empezaron a repicar durante unos minutos para anunciar la noticia.

Ratzinger, un papa imprevisto

Después de tres votaciones infructuosas, los 115 cardenales electores eligieron a un nuevo Papa de 78 años. La elección del nuevo Papa ha tenido lugar el segundo día de cónclave, como sucedi?cuando fue elegido Pío XII, hasta ahora el más breve celebrado en las últimas décadas.

Nadie, ni dentro ni fuera de la Iglesia católica, daba grandes probabilidades a que se eligiese un papa que encarnase el regreso al aperturismo del Concilio Vaticano II, pero los sectores progresistas tampoco confiaban en que, concretamente, el designado tuviese el perfil de Joseph Ratzinger, candidato predilecto de los ambientes más conservadores. Ahora deberemos esperar y ver si este papa mantiene o no la misma rigidez que cuando ejercía de guardián de la doctrina de la fe y de las antiguas costumbres.

  

Sus primeras palabras

Ya electo, el nuevo Pontífice, con el rostro emocionado y cansado, sali?al balcón y dijo que le consolaba saber que Dios «sabe trabajar? Benedicto XVI anunci?que actuar?con «instrumentos suficientes?para que pueda llevar adelante su Pontificado y añadi? «y sobre todo confío en vuestras plegarias? Luego tuvo un recuerdo para su antecesor, Juan Pablo II, del que fue durante años su brazo derecho.

El primer encuentro de Benedicto XVI con los romanos, del que pasa a ser su Obispo, dur? pocos minutos, aunque fueron suficientes para que los católicos presentes en la plaza de San Pedro lo aclamaran como «¡Benedicto, Benedicto!? Antes de abandonar el balcón imparti?la bendición Urbi et Orbi, a la ciudad de Roma y al mundo entero.

Perfil del nuevo Papa

Joseph Ratzinger naci?el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn, Baviera, Alemania, en el seno de una familia tradicional. Su padre era policía y su madre cocinera, ambos personas muy religiosas, particularmente el padre. Hijo de un policía muy religioso y de una cocinera. Interrumpi?sus estudios al estallar la Segunda Guerra Mundial, durante la cual fue asignado a una unidad antiaérea en Munich y form?parte de las juventudes hitlerianas. En cuanto a la adscripción de Benedicto XVI a la Hitlerjugend, debe considerarse que, desde 1936 y por la Ley de la Juventud Alemana, la afiliación a esta agrupación juvenil era obligatoria para todos los jóvenes alemanes hasta los dieciocho años.

Curs?estudios en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Freising y en la Universidad de Munich. En 1951 se orden? sacerdote, obteniendo el doctorado en Teología dos años después. Desde 1952, fue encargado de Dogmática y Teología en Freising, y, posteriormente, profesor ordinario en Bonn, Münster, Tubinga y Ratisbona, donde también fue Vicepresidente de esa universidad. Ratzinger apoy?el Concilio Vaticano II en la década de los 60 y su espíritu de convertir a la Iglesia en una institución más abierta. Si algo le marc? fueron las protestas de mayo del 68, ante las que se alz? como un convencido defensor de la fe frente al marxismo y el ateísmo creciente de la juventud.

Joseph Ratzinger era decano del consejo cardenalicio y prefecto de la congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) y es el prelado alemán que representa la línea más dogmática de la Iglesia, con unas ideas que a menudo chocan con las corrientes liberales de su país de origen, donde se le ha llegado a acusar de inquisitorio. As? el nombre de Ratzinger aparece en todas las polémicas dentro de la Iglesia católica para frenar los intentos de reforma de sus colegas más progresistas. En Alemania, por ejemplo, su nombre va ligado al pulso que mantuvo con el cardenal Karl Lehmann, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, en torno al debate sobre el aborto, práctica con la que Ratzinger est?profundamente en desacuerdo. En 1977 comenz?a ejercer como arzobispo de Munich-Freising llegando ese mismo año a cardenal de la mano de Pablo VI.

Ratzinger fue uno de los máximos valedores para que Karol Wojtyla se alzase proclamado Papa. Quiz?por eso acompañó a Juan Pablo II hasta el final de su papado, ejerciendo siempre de guardián de la doctrina, puesto que ha ejercido oficialmente desde 1981, cuando fue nombrado Prefecto para la Congregación de la Doctrina y la Fe. Desde entonces fue también Presidente de la Comisión Teológica Internacional y de la Pontificia Comisión Bíblica. Desde 1986 ha presidido la Comisión encargada de elaborar el Catecismo de la Iglesia católica. Es autor de numerosas publicaciones, entre las que destacan El Nuevo Pueblo de Dios y Teoría de los principios teológicos.

 

Las dos posturas del cónclave

Antes del breve cónclave, los cardenales debatían entre dos posturas. Una representaba la apertura al diálogo con la modernidad en las costumbres y a aceptar el pluralismo dentro de la Iglesia. Eso suponía atender las inquietudes de los fieles de las sociedades desarrolladas, que rechazan determinadas doctrinas y que, paulatinamente, se alejan de la Iglesia pese a no perder sus creencias básicas.

Enfrente se hallaban los que pedían más firmeza doctrinal ante lo que consideran un exceso de indiferencia y relativismo, aun a riesgo de que la Iglesia se reduzca a una minoría de convencidos.

Ha ganado la postura conservadora, lo que el obispo catalán Pere Casaldàliga consideraba que era «el ala derecha del Espíritu Santo? frente al ala izquierda, defensora de la teología de la liberación, de la que él mismo formaba parte.

La elección del nombre, una puerta a la esperanza

Pocos esperan sorpresas de quien hizo una homilía tan fundamentalista como la de anteayer, en la misa de apertura del cónclave. Pero tampoco se pueden descartar gestos llamativos suyos.

El primero ha sido la elección de nombre: el último papa que se llam?Benedicto renov?formalmente las condenas del modernismo hechas por su antecesor ―el reaccionario Pío X―, pero en la práctica acab?con la caza de brujas de eclesiásticos liberales, anim? la participación de los cristianos en la política y se mostr?antibelicista, sin distinguir bandos, en la Gran Guerra.

Dada su edad, 78 años, algunos ven en Ratzinger un hombre de transición antes de que empiecen verdaderos replanteamientos en la Iglesia. Pero otros temen un recrudecimiento del invierno ideológico que ha existido debajo de la espectacular afabilidad de Wojtyla. En cualquier caso, cabe temer que de momento seguirán muriendo de sida miles y miles de creyentes del Tercer Mundo que obedezcan la consigna de que Dios prohíbe el preservativo.

  

El 24 de abril, misa de coronación

La misa de coronación de Josef Ratzinger como nuevo papa Benedicto XVI ser?el domingo 24 de abril, a las diez de la mañana, anunci?el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls.

En declaraciones a la cadena estatal italiana RAI, Navarro Valls dijo que este miércoles a las 9.00 horas, el nuevo Pontífice presidir?una misa solemne en la Capilla Sixtina concelebrada con todos los purpurados.

La misa de coronación tendr?lugar en la basílica de San Pedro y es la entronización formal del nuevo Papa, con la presencia previsible de representantes de numerosos Gobiernos de todo el mundo y de otras confesiones religiosas.

Navarro Valls no avanz?más datos acerca de la próxima agenda del Pontífice recién electo y se limit?a enunciar los actos más cercanos.

Respecto al calendario internacional del Papa Ratzinger, el portavoz del Vaticano no aport?información alguna, por considerar que es todavía pronto para fijarlo, aunque se da por seguro que una de las primeras actividades que lleve a cabo sea su asistencia a la Jornada Mundial de la Juventud, que este año tendr?lugar en Colonia, Alemania, el país de Josef Ratzinger, y a la que Juan Pablo II tenía previsto su asistencia.