PASTOR
DEL DESIERTO
Te
llamo
desde las entrañas de la imagen.
Quizás
porque hoy escuché tu voz
la mano ha recordado
viejas cicatrices en sangre
(camino quemado de espectros
en la fragmentación del día).
Nosotros
caminantes de la última década
corpúsculos de tiempo
que parpadea en al Tierra,
giramos sin encuentro.
Hoy, que escuché tu voz
te llamo
desde la cóncava abertura del silencio
sabiendo que no hay regresos
y la esperanza
es camino
a los que escuchen
la flauta en el desierto.
Hoy llueve en las estaciones del alma.
Hojas amarillas
se arrincona en la niebla.
Hoy
llueve
en el invierno del presente
cuando el vidrio del pasado
dibuja el rostro de mi madre.
Hoy
llueve
y mis pies, clavados en el tiempo,
llevan astillas en la orgía del fracaso.
En la casa
los ojos sin fondo del futuro
espían
las huellas de mis pasos.
GRILLO
La
casa se ha poblado de silencios.
La noche de verano
penetra en la inmensidad del cuarto.
Los hijos
dibujan horizontes en la calle.
El hombre
es peregrino en la dimensión de la copa.
El baño de la luna
protege el rosario en las manos.
Un grillo
trae mensajes de otra vida
y permanece
en el recodo de los sueños.
Ha callado su canto:
sólo habla la soledad.
FRAGMENTOS
DE CIELO
Elevo
la cabeza
para rastrear un fragmento de cielo.
en mi cuarto:
un dios pinta estrellas
en el techo
la luna protege la identidad
de los conejos
las cifras se suman en los juegos de la noche
se alzan las murallas de las naves
y la escarcha
se cuaja en transparencias:
purificación del miedo.
(De
su libro Pastor del desierto, Vestal Eds.,
Córdoba, Argentina, 1992.)
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