1
Dulce noche que me abrazas
méceme en un sueño tan eterno
que atrape la realidad entre sus alas
y me lleve por un instante
junto a tu alma.
Sumérgeme en un mar
de olas constantes
y brisa perpetua
y llévame después hasta la orilla
para que duerma.
2
Tú que haces devorarme por dentro
que tratas con vanidad los sentimientos
que no distingues un sueño de una vida
¡vete de mí, ocupa otra alma
y destrózala después¡
3
Estrellas, apagad vuestra llama
no dejéis que se vislumbren
mis más profundos sentimientos.
Ocultadme con vuestro negro manto,
protegedme con vuestra espada,
esa gran dama que tenéis por reina.
Árboles de plata,
derramad vuestras hojas sobre mi lecho
para que me sirvan de manta
en esta noche fría
en la que todo acaba
y tu amor me mata.
4
La verdad se revela ante mí,
una chispa tras otra
ha derretido la gran máscara de hielo
que cubría mi rostro,
dejando al descubierto
todos mis sentimientos.
No puedo confesar,
no quiero pensar en ello,
sólo quiero enterrarlo todo
hasta que quede en el recuerdo.
No hay nada de qué hablar,
no hay nada que decir,
no hay nada... pero duele.
5
Sólo sigo un guión
una escena tras otra,
comenzó con una comedia,
se convirtió en drama
y terminó en tragedia.
Es la obra de mi vida,
mi gran ópera prima,
pero ya llega a su fin,
no puedo aplazar más la función.
Qué más da el final,
sólo importa que la obra sea buena
y los actores, los mejores,
aunque mueran.